16 de abril de 2020

Desarrollo de la batalla del río Himera (311 a.C.). (II)

Turno 4
Con la línea principal de combate enfrascada por parte de ambos bandos, continúan los movimientos de flanqueo y las contramaniobras púnicas para evitarlos. La segunda línea cartaginesa se apresura a cubrir el flanco expuesto de sus camaradas. Los honderos baleares vuelven a la primera línea para disparar contra los reclutas siracusanos y así apoyar a su caballería.


Los galos continúan el giro mientras que la caballería griega duda continuar con el flanqueo. Si bien ha completado gran parte de su movimiento de envolvimiento sobre el campamento, luchar sobre las colinas, incluso aunque solo sea contra tropas ligeras, puede resultar fatal para ella, por lo que se queda en la reserva por si llegan los refuerzos enemigos.

Ante el avance de la segunda línea, los honderos y arqueros griegos aprovechan el hueco que se ha abierto para disparar contra el flanco expuesto de la segunda línea. Si bien no está suficientemente expuesto como para una carga por el flanco de las tropas pesadas, sí se presta para una lluvia de proyectiles concentrada.


En este turno, sin la ventaja de la altura, el combate estuvo más igualado y la línea cartaginesa se comportó valientemente, lo cual se saldó con muchas bajas para la línea griega, superior en calidad y, sin embargo, incapaz de hacer valer dicha superiodidad.

Turno 5
Los siracusanos ganan la iniciativa e intentan aprovechar el momentum. Dado que la segunda línea está desorganizada, se lanzan a la carga contra los mercenarios etruscos. Por desgracia para ellos, se quedan a pocos pasos de poder alcanzar también al Batallón Sagrado cartaginés, que estaba aún intentando ordenar sus líneas. Fían la victoria al ímpetu de sus galos y al desorden de sus rivales, que compensa la desventaja de luchar contra un enemigo que defiende la colina. Al mismo tiempo los mercenarios samnitas de Agathocles comienzan a avanzar vista la ineficacia de sus tropas ligeras contra sus rivales.

En el otro flanco, los griegos también avanzan la falange que está libre de oponentes para empezar a maniobrar. En principio solo avanza sin romper la unidad de la división, pero se va preparando para futuros movimientos.



Por su parte, los cartagineses intentan restaurar el orden allá donde pueden, en lugar de lanzarse al combate contra los galos. No hay más movimientos por su parte.

En cuanto al combate, por fin comienza a sonreírle la suerte a Agathocles, o quizá mejor debería decir que, por fin, se impone la calidad de sus tropas. Si bien sus aliados griegos en el centro están a punto de desbandarse, consiguen ganar sus combates y la falange aliada griega de los cartagineses del extremo derecho de su línea es desbandada.

Turno 6
Las tropas están en contacto y se realizan pocos movimientos en este turno. Los mercenarios samnitas fuerzan el giro para contactar contra los mercenarios etruscos, ya en combate con los celtas. En el centro los hoplitas de leva de Siracusa restauran el orden para quitar los marcadores de cansancio y poder combatir en pleno vigor en los turnos subsiguientes.



Por parte de los cartagineses el Batallón Sagrado decide avanzar para enfrentarse a los celtas, contando con el apoyo de los curtidos mercenarios hoplitas griegos. De hecho, la entrada en combate por este flanco también resulta favorable a los cartagineses, que dañan muy severamente a los celtas mientras el centro cartaginés aguanta todavía frente al empuje griego. No obstante, la unidad que permanecía sin daño en el centro del dispositivo sufre ahora severos daños de sus enemigos, ampliamente superiores en número. La primera línea cartaginesa comienza a estar a punto de quebrarse y, con ello, todos los defensores del campamento.



Al terminar el turno se escuchan a lo lejos las trompetas de guerra africanas. 
¡Llegan los refuerzos de Cartago!

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