6 de junio de 2020

El retrato del guerrero bárbaro celta y germano en las fuentes clásicas (I)


Tras la última partida a Armati me quedé pensando cuánto tenía de verdad que los conocidos como bárbaros luchaban como una fuerza incapaz de recibir órdenes y de manera impetuosa. Esto me llevará a una serie de posts encadenados revisando las fuentes clásicas e intentando inferir de dichas fuentes qué podemos extraer. Este primer post será introductorio pero servirá para situar el tema.


El primer tema que hay que señalar es qué se considera bárbaro. Desde la perspectiva griega un bárbaro es todo aquel que no sea griego. Desde la perspectiva de los historiadores romanos de origen griego, los bárbaros son todos aquellos que no son ni griegos ni romanos. Esto significa que algunos pueblos que consideramos "civilizados" como los persas, los cartagineses o los egipcios fueron tan bárbaros como los hispanos, celtas o germanos. No obstante, debido al tópico de las invasiones bárbaras que llevaron a la desaparición del Imperio Romano de Occidente, la calificación de bárbaro generalmente ha quedado circunscrita a celtas y germanos.


En términos de wargames esto significa que hay una serie de tropas, las warbands, que se caracterizan por su velocidad y su potencia en la carga, aunque menor resistencia a largo plazo y menor capacidad de combate en general. Estas tropas suelen representarse como impetuosas, es decir, que cargan sin obedecer órdenes y suelen tener ventaja en el contacto, aunque sus factores de combate son inferiores a las legiones y hoplitas. La duda que me planteo, como muchas otras cosas que se ven en los juegos y que se popularizan y que me gusta llamar "wargame wisdom", me pregunto cuánto de cierto hay en esa lectura de las fuentes sobre el modo de pelear que tenían estos pueblos.


Para esta primera entrega voy a ver por partes los relatos de tres autores clásicos de los que conservamos la misma descripción de una batalla, el enfrentamiento entre los romanos de César y los germanos de Ariovisto. Veremos las versiones de Apiano, Plutarco y César. Empezamos por Apiano.



Cita de Apiano (Historia de las Galias, X.23.4)
"[César] también venció a los germanosvbajo Ariovisto, un pueblo que sobresalía en tamaño en todos los demás, incluso los hombres más grandes; salvajes, los más valientes de los valientes, desprecian la muerte porque creen que vivirán de aquí en adelante, soportando el calor y el frío con la misma paciencia, viviendo de hierbas en tiempos de escasez y sus caballos paciendo de los árboles. Parece que no tuvieron paciente perseverancia en sus batallas, y no pelearon de manera científica o en ningún orden regular, sino que con una especie de ímpetu simplemente aparecieron como bestias salvajes, por lo que fueron superados por la ciencia y resistencia romanas. Porque, aunque los germanos se apresuraron tremendamente y empujaron a las legiones a una corta distancia, los romanos mantuvieron sus filas intactas, los superaron y finalmente mataron a 800,000 de ellos."

En Apiano tenemos la descripción típica del bárbaro como salvaje. Son rudos, fuertes, imponentes físicamente y luchan de manera muy primitiva, sin el orden propio de los pueblos civilizados sino como bestias salvajes. Aquí se ve claramente esta idea de la carga de los germanos. Cargan con mucha potencia contra el enemigo romano, los ponen en aprietos con su carga pero luego la paciencia y resistencia romanas les llevan a conseguir la victoria frente al empuje salvaje del enemigo. Junto a estas características tenemos que los bárbaros tienen también la costumbre de morir a cientos de miles. 


Comparemos esto con el retrato de la batalla que ofrece Plutarco.


Cita de Plutarco (César, 19.8-12)
"Aún más, también, fue el espíritu de los germanos embotado por las profecías de sus santas mujeres, quienes solían predecir el futuro observando los remolinos en los ríos y encontrando señales en los remolinos y salpicaduras de las aguas, y ahora prohibió presentar batalla antes de que una luna nueva diera su luz. 9 Cuando César se enteró de esto, y viendo que los germanos se quedaron en silencio, decidió que era un buen plan involucrarlos en batalla mientras estaban desanimados, en lugar de quedarse quietos y esperar su tiempo. 10 Entonces, al atacar sus atrincheramientos y las colinas en las que estaban acampados, los irritó y los incitó a bajar con ira y luchar contra el problema. 11 Fueron derrotados de manera significativa, y César los persiguió a una distancia de cuatrocientos estadios, hasta el Rhin, y llenó toda la llanura con cadáveres y botín. 12 Ariovisto, con algunos seguidores, logró cruzar el Rhin; Se dice que sus muertos fueron ochenta mil.

Como vemos la imagen que presenta Plutarco es muy distinta de la que plantea Apiano. Aquí son los romanos los que atacan a los germanos y los provocan para salir de su atrincheramiento y presentar batalla. Apenas se describe el enfrentamiento salvo su derrota y la consecuente persecución. Veamos la descripción de un testigo de la batalla que probablemente Putarco usara como su fuente principal.



Cita de César (Guerras de las Galias, I.51-53)
"Al día siguiente, César dejó lo que él consideraba una guarnición suficiente para cada campamento. Frente al campamento menor, a la vista del enemigo, envió todas las tropas aliadas, con la intención de usarlas para una demostración, porque la fuerza total de sus tropas legionarias no era demasiado grande a la vista de los números del enemigo. Él mismo,  desplegando en triple línea de batalla, avanzó hasta el campamento enemigo. Luego, por fin, obligados por necesidad, los germanos sacaron a sus propias fuerzas del campamento y los enviaron a intervalos iguales según sus tribus, Harudes, Marcomani, Triboces, Vangiones, Nemetes, Sedusii, Suebi; y en (la retaguardia de) toda su línea se pusieron a colocar carros y carretas, para no dejar ninguna esperanza en la huida. Sobre ellos pusieron a sus mujeres, quienes con lágrimas y manos extendidas suplicaron a los hombres, mientras salían a luchar, no entregarlas a la esclavitud romana. 
52 César puso a los legados y al cuestor cada uno al mando de una legión, para que cada hombre pudiera tener su testimonio de su valor. Él mismo tomó posición en el ala derecha, habiendo notado que la división correspondiente del enemigo era la menos firme, y se unió a la batalla. Nuestras tropas atacaron al enemigo tan ferozmente cuando se dio la señal, y el enemigo se lanzó hacia adelante tan repentina y rápidamente, que no hubo tiempo para descargar jabalinas sobre ellos. Entonces las jabalinas fueron arrojadas a un lado, y fue una pelea de espadas de cerca. Pero los germanos, según su costumbre, rápidamente formaron una falange y recibieron el ataque con la espada. No pocos de nuestros soldados fueron lo suficientemente valientes como para saltar sobre las falanges enemigas, arrancar los escudos de sus manos y tratar de herir desde arriba. El ala izquierda de la línea del enemigo fue golpeada y puesta en fuga, pero su ala derecha, por el peso de los números, estaba presionando nuestra línea con fuerza. El joven Publio Craso, al mando de nuestra caballería, se dio cuenta de esto, y como podía moverse más libremente que los oficiales que estaban ocupados en la línea de batalla, envió la tercera línea en apoyo de nuestras tropas en lucha. 
53 Así que la línea de batalla fue restaurada, y todos los enemigos se volvieron y corrieron: no cesaron en su huida hasta que llegaron al río Rhin, a unas cinco millas de ese lugar.


Como vemos la imagen que presenta César es muy distinta de la que plantea Apiano. Aquí son los romanos los que atacan a los germanos y los provocan para salir de su atrincheramiento y presentar batalla como en Plutarco. Por un lado, se menciona que el despliegue germano se produce a intervalos regulares y que éste se produce por tribus. Esto, que podría entenderse como una organización primitiva, más bien responde a la manera en que solían estructurarse los ejércitos antiguos. Incluso los atenienses y romanos tuvieron una organización primitiva de la sociedad por tribus y dichas tribus, que no eran más que vecinos quizá remotamente con lazos de consanguinidad, eran las que llevaban a la organización de las unidades militares. Por eso la organización de los germanos por tribus creo que habría que verla como una organizacion por unidades de tipo étnico con algún tipo de filiación de parentesco o vecindad entre sus integrantes. Hasta aquí, nada diferente a los pueblos del Mediterráneo.


Por otro lado, cuando se da la orden de ataque, se comenta que los romanos corren hacia los germanos y éstos hacen lo propio, al parecer con la característica de ser rápidos en esta tarea. El resultado de este movimiento parece que es más evitar un intercambio de dardos en el que parece que los germanos no tenían costumbre de entrar. Pero una vez se produce el enfrentamiento directo, lo que describe César es que los germanos despliegan "en falange". Tal y como parece mostrarse por el ataque peculiar de los romanos saltando sobre la falange germana para quitarles los escudos y atacar desde arriba, esta formación se parece más a un muro de escudos que a una carga frenética y descontrolada en la que cada uno ataca de manera individual sino más parece que son los romanos los que atacan "como bárbaros" saltando sobre la falange enemiga.



Mientras que en la parte de la línea en la que luchan las tropas más veteranas romanas frente a las tropas menos preparadas germanas la victoria fue con claridad para los romanos, en la parte izquierda romana y derecha germana la lucha estuvo mucho más igualada. Parece verse que las dos primeras líneas romanas debían de luchar de una manera concertada, relevando la una a la otra o cooperando estrechamente, mientras que la tercera línea era una suerte de reserva que, al intervenir de refresco como se destaca en ocasiones para los triarios, consigue estabilizar el frente y hacerse con la victoria.


Este primer post es solo una primera aproximación a la materia pero permite ver unas cuantas cosas interesantes. La primera es que hay que tener cuidado a la hora de juzgar lo que dicen las fuentes. Incluso el propio César que fue testigo de los hechos puede ser sospechoso de haber exagerado a su favor los planteamientos, aunque creo que es fiable a la hora de describir cómo luchan los germanos pues es más descriptivo que valorativo. La segunda es que algunos autores tardíos como Apiano, que escriben de oídas, tiran de los tópicos y estos pueden no tener nada que ver con la realidad. La tercera es que parece que son esos tópicos los que se han empleado para hacer muchas de las reglas de los juegos de la Antigüedad, lo que plantea dudas sobre el modo en que éstos recogen con fidelidad las batallas de la Antigüedad.



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